Córdoba (Patricia López/ Fotos: Paula Flores). Durante dos horas y media duró la fiesta punkie reggae con los temas de “Baionarena”, un disco en vivo grabado justamente durante el Tómbola Tour, y aunque el espacio cubierto del mini estadio no tuvo el tratamiento acústico apropiado, para escuchar una cataratas de tema con alto contendido social, la gente vibró y acompañó cada una de las canciones que regaló el ex Mano Negra, un artista comprometido con la realidad que lo circunda en cada lugar que le toca girar.
La Mona, invitado de Manu
Antes de la entrada de Manu Chao, se apropió del escenario la murga cordobesa "Ni lerda ni Perezoza", con su mensaje en contra de todo tipo de abuso policial. Promediaban las once de la noche, cuando la emblemática figura del cordobés más famoso se sumó a la fiesta: “La Mona” Jiménez, y todos juntos armaron una versión aflamencada de “El marginal”; Jiménez recordó su amistad con Manu, y pidió que “no se olviden que esta noche yo estoy acá nomás, a seis cuadras, en el Sargento Cabral”.
La energía de ese hombre delgado, cuyo nombre real es José Manuel Thomas Arthur Chao, que tiene 48 años de vida, no se puede describir con justicia. Lo que verdaderamente genera con su presencia la figura de Manu Chao agigantada con el paso del tiempo y llevándolo a la dimensión de artista bendecido por el público cordobés, rosarino, porteño, chileno, público del mundo, como una auténtica estrella de la música popular, perfectamente capaz de llenar el espacio que se le ponga enfrente, irresistible a la hora de contagiar la vibra que sale de su música y su despliegue físico en escena.
Antes de final de la medianoche, Manu prestó su espacio a los reclamos por el cuidado de los glaciares y el “No a los emprendimientos mineros”, la protección de los montes cordobeses, de los recursos naturales del Córdoba y del país y el no a la tala indiscriminada; y en la introducción de la versión acelerada de “Volver”, se lo pudo escuchar dedicando el tema a su gran amiga, “la Negra” Sosa.
Luego vino un bis, Manu se golpeó el micrófono contra el pecho, se “escucharon” los latidos de su generoso corazón y se despidió de la gente que pedía más y más de ese músico que entregó su energía a más no poder. (Publicado en Septiembre de 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario