"¿Cuándo fue la última vez que preferiste la nada al ser, un olor a un concepto, un buen insomnio a un ansiolítico? ¿Cuándo fue la última vez que te traicionaste, que te animaste, que trasgrediste, te lanzaste, tuviste un sueño, creíste, te perdiste, que soltaste lo propio y te abriste a la pregunta? ¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste? Son algunos de los interrogantes con los que comienza su brillante y creativa propuesta de fusionar la filosofía y la música en un espacio escénico que lleva a sumergirnos en la densidad del pensamiento y suspender por un “rato” la locura de la rutina.
POSADAS, Misiones (Texto y Fotos: Patricia López Espínola). El filósofo, docente, ensayista,
presentador de TV, y columnista de radio ("Uno es muchas cosas al mismo tiempo", suele decir), Darío Sztajnszrajber, junto su esposa, la cantante, Lucrecia Pinto y una banda de rock, integrada por "Chino" Capici, guitarra; Lucas Wilders, percusión y Juan Finger, bajo brindó un espectáculo donde busca -y lo consigue- amalgamar la filosofía y la música, dos géneros independientes que logran un diálogo fluido, musical, hilarante por momentos, y muy profundo cuando Darío reflexiona sentado frente a una mesa, simula escribir y habla del amor, la verdad, el tiempo, la muerte y el poder de una manera tan sentida y contundente que todo el auditorio que lo escuchó en el Instituto Montoya, sintió que Nietzsche, Platón, Jacques Derrida, entre otros, les eran cercanos.
"Desencajados", se llama el espectáculo -con la puesta en escena de Juan Bautista Carreras- que logra romper, desencajar a través de un diálogo entre dos formatos: filosofia y música, que se sostienen cada uno en lo suyo. Hay algo que no encaja en el intento de comulgar filosofía y música, y ese espectáculo es la expresión de esa diferencia.
Tal vez cuando todo encaja demasiado, aunque suene bien, algo se deja afuera. La palabra correcta o el acorde justo nos dejan tranquilos; pero en el desencaje florece lo creativo.
Pensamiento que baila
En "Desencajados", algunas de las canciones del rock nacional se ven invadidas por textos filosóficos que continúan un camino artístico de apertura con algunas de las temáticas filosóficas -que juegan como disparadores- de nuestro ser contemporáneo y están atravesadas por la música emblemática de la historia e identidad de los argentinos: Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez dialogando con los grandes filósofos, y el resultado del encuentro entre filosofía más música, es el sonido de un pensamiento que baila.
Sobre el final de la obra el gran tema que irrumpe es "Vencedores Vencidos", de Los Redondos, que se puede leer como un mensaje que todos los argentinos en algún momento "fuimos/ somos vencedores y también vencidos".
En "Desencajados", algunas de las canciones del rock nacional se ven invadidas por textos filosóficos que continúan un camino artístico de apertura con algunas de las temáticas filosóficas -que juegan como disparadores- de nuestro ser contemporáneo y están atravesadas por la música emblemática de la historia e identidad de los argentinos: Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez dialogando con los grandes filósofos, y el resultado del encuentro entre filosofía más música, es el sonido de un pensamiento que baila.
Sobre el final de la obra el gran tema que irrumpe es "Vencedores Vencidos", de Los Redondos, que se puede leer como un mensaje que todos los argentinos en algún momento "fuimos/ somos vencedores y también vencidos".
Espectáculo que nunca termina
"Es un espectáculo que mezcla la filosofía y la música, lo hacemos con una banda de rock que recrea canciones del rock nacional, Spinetta, Charly, Fito Páez, Los Redondos, Soda Stéreo, y se van entremezclando con disertaciones que hago yo acerca de los grandes temas de la filosofía, el amor, la verdad, la muerte, el tiempo, el poder. Lucrecia versiona esos temas, y lo interesante del espectáculo es que nunca termina. Es como que mis palabras van abriendo lugar a la canción, y la canción interrumpiendo la palabra. Entonces se produce otro tipo de transferencia pedagógica, porque los grandes temas de la filosofía llegan desde otro lugar, imaginate que con canciones afines, es fantástico. Hace cuatro años venimos haciendo esta puesta, nos va muy bien, la gente se engancha y ahora lo pudimos traer a Posadas", expresó Darío Sztajnszrajber, conductor del programa televisivo “Mentira la verdad”, antes de entrar a escena.
Después, extenuado pero feliz, agradeció al público misionero, que "nos recibe muy bien siempre que venimos. Espero que lo hayan pasado bien, la idea era desestructurarlos, y si lo disfrutaron está logrado el objetivo", dijo.
Una apuesta al sin sentido
(Por Silvana Martínez, presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales)
Salir un sábado a la noche para ir a escuchar a un filósofo es algo extraño en estos tiempos. Solo él lo puede lograr: Darío Sztajnszrajber tiene talento, virtudes, y un enorme mérito: Acercar la filosofía al pueblo. Popularizó la filosofía, tarea no sencilla en tiempos de mercantilización de todas las áreas de nuestra vida donde siempre se aprovecha el tiempo desde la lógica productivista, e interesan más las respuestas y las certezas que las preguntas y la incertidumbre".
Martínez opinó: "El espectáculo de Darío Sztajnszrajber "nos invita a “habitar nuestro pensamiento", a romper con el pensamiento domesticado, colonial, positivista, productivista, pragmático y mediocre, basado en los mandatos imperativos que hace de lo individual y de nuestras posesiones lo único de valor.
Nos interpela como interpelan las preguntas que generan incertidumbre e incomodidad porque nos hacen salir de nuestra área de confort, la pregunta como herramienta de ruptura... ¿Cuándo fue la última vez que preferiste la nada al ser, un olor a un concepto, un buen insomnio a un ansiolítico? ¿Cuándo fue la última vez que te traicionaste, que te animaste, que trasgrediste, te lanzaste, tuviste un sueño, creíste, te perdiste, que soltaste lo propio y te abriste a la pregunta? ¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste? Esas son algunos de los interrogantes con los que comienza su brillante y creativa propuesta de fusionar la filosofía y la música en un espacio escénico que nos lleva a sumergirnos en la densidad del pensamiento y suspender por un “rato” la locura de la rutina.
Invitación al vértigo y a la apertura
La propuesta de Darío SZ. nos moviliza y nos atrapa. Utiliza metáforas y nos zambulle en el pensamiento de enormes filósofos como Friedrich Nietzsche y Foucault, invita a dejar las supuestas certezas y que el otro irrumpa!! Cuestiones como la existencia de Dios, el amor, el tiempo, el propio sentido de la vida, lo real, son abordadas de manera aguda, inteligente, creativa, audaz y provocativa.
El humor, las paradojas, lo lúdico rompen con el lenguaje y los dispositivos de disciplinamientos. Sin dudas, un espectáculo que es para ver más de una vez, para desmenuzar cada frase, cada sonido, cada gesto y silencio. Somos muchos los desencajados que sostenemos que nada es definitivo y que creemos que todo puede ser de otra manera. Una invitación al vértigo, a la apertura al "entre". En definitiva, como lo señala este joven filósofo: nacer no es otra cosa que empezar a morir…Todos somos extranjeros, viajeros, extraños, monstruos, nunca encajamos. Tal vez el problema está en el encaje, en creer que la búsqueda de sentido, tiene sentido.
"Es un espectáculo que mezcla la filosofía y la música, lo hacemos con una banda de rock que recrea canciones del rock nacional, Spinetta, Charly, Fito Páez, Los Redondos, Soda Stéreo, y se van entremezclando con disertaciones que hago yo acerca de los grandes temas de la filosofía, el amor, la verdad, la muerte, el tiempo, el poder. Lucrecia versiona esos temas, y lo interesante del espectáculo es que nunca termina. Es como que mis palabras van abriendo lugar a la canción, y la canción interrumpiendo la palabra. Entonces se produce otro tipo de transferencia pedagógica, porque los grandes temas de la filosofía llegan desde otro lugar, imaginate que con canciones afines, es fantástico. Hace cuatro años venimos haciendo esta puesta, nos va muy bien, la gente se engancha y ahora lo pudimos traer a Posadas", expresó Darío Sztajnszrajber, conductor del programa televisivo “Mentira la verdad”, antes de entrar a escena.
Después, extenuado pero feliz, agradeció al público misionero, que "nos recibe muy bien siempre que venimos. Espero que lo hayan pasado bien, la idea era desestructurarlos, y si lo disfrutaron está logrado el objetivo", dijo.
Una apuesta al sin sentido
(Por Silvana Martínez, presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales)
Salir un sábado a la noche para ir a escuchar a un filósofo es algo extraño en estos tiempos. Solo él lo puede lograr: Darío Sztajnszrajber tiene talento, virtudes, y un enorme mérito: Acercar la filosofía al pueblo. Popularizó la filosofía, tarea no sencilla en tiempos de mercantilización de todas las áreas de nuestra vida donde siempre se aprovecha el tiempo desde la lógica productivista, e interesan más las respuestas y las certezas que las preguntas y la incertidumbre".
Martínez opinó: "El espectáculo de Darío Sztajnszrajber "nos invita a “habitar nuestro pensamiento", a romper con el pensamiento domesticado, colonial, positivista, productivista, pragmático y mediocre, basado en los mandatos imperativos que hace de lo individual y de nuestras posesiones lo único de valor.
Nos interpela como interpelan las preguntas que generan incertidumbre e incomodidad porque nos hacen salir de nuestra área de confort, la pregunta como herramienta de ruptura... ¿Cuándo fue la última vez que preferiste la nada al ser, un olor a un concepto, un buen insomnio a un ansiolítico? ¿Cuándo fue la última vez que te traicionaste, que te animaste, que trasgrediste, te lanzaste, tuviste un sueño, creíste, te perdiste, que soltaste lo propio y te abriste a la pregunta? ¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste? Esas son algunos de los interrogantes con los que comienza su brillante y creativa propuesta de fusionar la filosofía y la música en un espacio escénico que nos lleva a sumergirnos en la densidad del pensamiento y suspender por un “rato” la locura de la rutina.
Invitación al vértigo y a la apertura
La propuesta de Darío SZ. nos moviliza y nos atrapa. Utiliza metáforas y nos zambulle en el pensamiento de enormes filósofos como Friedrich Nietzsche y Foucault, invita a dejar las supuestas certezas y que el otro irrumpa!! Cuestiones como la existencia de Dios, el amor, el tiempo, el propio sentido de la vida, lo real, son abordadas de manera aguda, inteligente, creativa, audaz y provocativa.
El humor, las paradojas, lo lúdico rompen con el lenguaje y los dispositivos de disciplinamientos. Sin dudas, un espectáculo que es para ver más de una vez, para desmenuzar cada frase, cada sonido, cada gesto y silencio. Somos muchos los desencajados que sostenemos que nada es definitivo y que creemos que todo puede ser de otra manera. Una invitación al vértigo, a la apertura al "entre". En definitiva, como lo señala este joven filósofo: nacer no es otra cosa que empezar a morir…Todos somos extranjeros, viajeros, extraños, monstruos, nunca encajamos. Tal vez el problema está en el encaje, en creer que la búsqueda de sentido, tiene sentido.
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