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12 oct 2012

Una de las 174 víctimas misioneras de la trata de personas

Con la mirada entristecida María D. cuenta el pasado de dolor y abandono que conforma su historia, aunque también parte de esa historia incluye a su hija de 8 años, recuperada después de varios años "algo que festejo cada día", dijo. Esta mujer de 24 años  relató cómo sobrevivió al calvario que le significó ser una de las 174 misioneras víctimas de trata de personas, que se conoce desde hace tres años a esta fecha. Nacida en Misiones, en una colonia de San Vicente, María sufrió la muerte de su madre y el abandono de su padre a temprana edad. Quedó a cargo de su hermano mayor que la maltrataba, y un día a los 14 años decidió ir en busca de un mejor destino. Trabajó en lo que pudo, hasta que quedó embarazada de un hombre con familia y tuvo sola a su hija. Estaba por cumplir 20 años cuando una mujer del vecindario le dijo que en Córdoba había un buen trabajo para ella, le mandaron el dinero para el pasaje, dejó a su hija con esa vecina y partió.
Allá se encontró que el trabajo era de alternadora en el bar Tiffany, en Berrotarán, localidad cordobesa situada en el departamento de Río Cuarto. 

 Posadas, Misiones (Por Patricia López Espínola). "Yo era mayor de edad y acepté trabajar ahí porque necesitaba juntar plata. La cosa se complicó cuando después el dueño de ese bar me vendió a otro que tenía un cabaret también en Córdoba y de ahí no podía salir, me tenían secuestrada", afirmó.
La explotación consistía en impedirle salir del lugar golpeándola, dándole drogas y amenázandola constantemente con un arma por si se le ocurría escapar. "Ese lugar era un infierno -dice- y yo tenía mucho miedo. Había llegado ahí sin documentos, mejor dicho con un DNI trucho que me consiguió la mujer de San Vicente porque en realidad yo siempre estuve indocumentada".

María rememora que no conocía el lugar donde estaba, solo sabe que era una casona rodeada de muros altos, y con varios hombres que cuidaban todo el tiempo el lugar para que las mujeres no se escaparan. "Eramos un montón de mujeres de muchas provincias, y a todas nos obligaban a prostituirnos y a consumir cocaina para que pudiéramos resistir despiertas. El dueño de ese lugar era un traficante de drogas y un asesino. Una sola vez intenté escaparme y casi me matan", lamentó.

El rescate

La mujer expresó que pudo salir de ese infierno, gracias a que una vez ingresó al bar un hombre que se relacionó con ella y comenzó a indagar sobre su trabajo en ese lugar. "Me dijo que me iba a sacar de ahí; pero yo le conté que era muy peligroso salir, que yo estaba trabajando contra mi voluntad, que tenía que ser muy fuerte para sobrevivir, y que sólo me mantenía en pie pensar en recuperar a mi hija. El me escuchaba, hasta que unas semanas después apareció junto con Gendarmería, y un montón de policias hombres y mujeres; ahi me di cuenta que él era policía. Igual me dio mucho miedo porque pensé que si me quedaba ahí y el dueño se avivaba que yo le habia dado toda la información a ese policía me iba a matar".
Pero afortunadamente, la historia tuvo un final feliz. En abril de 2009, la policía detuvo al dueño de la whiskería junto a otras personas, y rescató a todas las mujeres que dijeron estar explotadas sexualmente en ese lugar. Las llevaron a Buenos Aires, intervino la Justicia, les dieron contención psicólogica y a María D. la trasladaron a Misiones donde se hizo cargo de su caso el Ministerio de Derechos Humanos.
Pero tuvo que pasar más de un año antes de reencontrarse con su hija, porque la mujer que la tenía había viajado a Brasil y tuvo que esperarla. "Yo la denuncié porque tenía miedo de que no me quisiera entregar a Evelyn; pero después cuando la ví, solo esperaba tenerla conmigo; no me importaba lo que pasara con esa mujer...", recordó.
La joven fue alojada primero en un hogar de contención ubicado en Garupá, y actualmente vive con su hija -que concurre a la escuela del barrio- en la casa para víctimas de trata que Derechos Humanos posee en el barrio San Isidro. Trabaja de empleada doméstica y quiere tener su propia casa para vivir con su hija. "Yo agradezco todo lo que hicieron por mí; pero quiero irme a vivir sola con mi hija porque acá al ser la mayor de todas las mujeres alojadas, soy una especie de cuidadora y para mí es mucha responsabilidad. Además, me están gestionando mi documento porque todavía no tengo DNI, me dijeron que está en proceso y ya pasaron más de dos años. Me gustaría que el gobierno me ayude y me consiga una casita en Posadas, porque no me puedo pagar un alquiler. Todo lo que quiero es estar tranquila con mi hija en Posadas, a San Vicente no quiero volver, no quiero saber más nada con la gente de allá", aseveró moviendo la cabeza, y cerrando los ojos, como tratando de olvidar es terrible y largo pasado que sufrió con tan sólo 24 años.

En tres años se rescataron 174 mujeres
En Misiones se rescataron a 174 mujeres víctimas de trata, desde el 2009 -en que la provincia cuenta con un Departamento de Trata y Tráfico de Personas que depende del Ministerio de Derechos Humanos- a la fecha.
La problemática de la trata de personas y el tráfico con fines de explotación sexual, tiene a Misiones como una de las provincias más afectadas de la Argentina, al igual que es zona de tránsito para mujeres y niños de Paraguay y Brasil que son llevados a la fuerza por las extensas fronteras provinciales. Desde 2009 se realizaron tres juicios orales con sentencia, y seis juicios abreviados a los responsables de la explotación que fueron detenidos en diversos procedimientos realizados en conjunto con otros Ministerios y organismos, la Policía de Misiones o fuerzas federales como Gendarmería o Prefectura Naval Argentina.
Hay mucho para hacer porque el Departamento de Trata y Tráfico de Personas debería dar asistencia y contención a las víctimas, y además de brindar alojamiento a las rescatados en albergues o casas refugio, tendría que hacer asistencia y contención psicológica in situ y controles médicos.
Se podría decir que Misiones cumple el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, conocido como Protocolo de Palermo, que deriva de la “Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Ambas establecen como obligación de los Estados el cumplimiento de acciones con el fin de prevenir, sensibilizar y capacitar a todo el recurso humano, cumplir la ley respecto a la contención de las víctimas  y reparar el daño producido por el delito de Trata de Personas, restaurando derechos humanos vulnerados. Pero esto en la práctica esto aún es muy vulnerable.

Rutas y proveedores

Misiones es proveedora y a la vez ruta de chicos para la prostitución infantil o trata de personas. En 2008 se rescataron a 22 víctimas y se comenzó con la capacitación y sensibilización, especialmente con los jóvenes. Ese mismo año se inauguró una casa refugio en Garupá y se comenzó con la articulación con fuerzas de seguridad.
En 2009 hubo 74 víctimas rescatadas y se sensibilizó a 4.500 personas con distintos cursos y acciones. También hubo una gran difusión de la problemática a través del cortometraje Nina, del cual el Ministerio de Derechos Humanos fue auspiciante.
En 2010 hubo 35 víctimas rescatadas y se inauguraron refugios en el Alto Paraná y en la Zona Centro de la provincia.
Ese año también se llevaron adelante los tres primeros juicios por trata de personas, con penas de diez a quince años para los culpables de la explotación sexual o sus entregadores. Desde la sanción de la Ley 26.364, la Justicia Federal de Misiones realizó nueve juicios, de los cuáles tres fueron orales con sentencia y seis abreviados. Varias mujeres tienen ahora identidad reservada en los programas de Protección de Testigos.
En 2011 se rescató a 44 víctimas, de las cuáles tres resultaron ser fugas de hogar de las 41 restantes, 18 eran misioneras, 12 paraguayas, tres salteñas, seis correntinas, una santafesina y una entrerriana. A las casas refugios de las localidades de Garupá, Eldorado y Oberá, se sumó la de Posadas que está en el barrio San Isidro.

Edades y los lugares de procedencia
En el 66% de los casos atendidos por Derechos Humanos, las víctimas rescatadas eran mayores de edad, y el 34% restante son menores de edad.
Hubo tres víctimas rescatadas de entre 13 y 15 y quince años; diez entre 16 y 18, y 28 de 19 años en adelante. De las 41 víctimas rescatadas durante 2010, 18 eran de Misiones, 11 de otras provincias y 12 de otros países. El 47% de los casos se trata de víctimas oriundas de Misiones, específicamente de las localidades de San Pedro, Eldorado, San Vicente, Jardín América y Posadas, seguidas de un 27% de origen paraguayo.
El 55% de los rescates se realizaron en allanamientos en bares, pooles, wiskerías, etc. En 2011 aumentaron los casos de rescates en etapa de traslado registrándose un total de 16, lo que significa que las fuerzas de seguridad y controles de rutas, actúan antes de que la potencial víctima llegue a lugar de explotación.

Buscan endurecer las penas
La aprobación de los cambios a la Ley de Trata de Personas en el Senado, tuvo lugar en la sesión del 31 de agosto del 2008. Además de imponer una nueva definición del delito en cuestión, el dictamen logrado en aquella oportunidad elimina “el consentimiento de la víctima” como causa para eximir de responsabilidad penal al autor del delito. El proyecto, que en general fue votado de manera unánime por 59 senadores, y que debe aún ser sancionado por Diputados, fue debatido durante cinco meses por la Comisión de Justicia de la Cámara alta.
Además, la propuesta tiende a crear organismos nacionales para facilitar la búsqueda, asistencia y reparación del daño a las víctimas, y deja en claro que las víctimas también tendrán derecho, entre otras cosas, a recibir “asesoramiento legal y patrocinio jurídico gratuito”, “asistencia psicológica y médica gratuitas”, “capacitación laboral y ayuda en la búsqueda de empleo”, y “protección frente a toda posible represalia contra su persona o su familia, pudiéndose incorporar al Programa Nacional de Protección de Testigos”.

Juicio por el caso Marita Verón
El juicio por la desaparición de Marita Verón revela los pormenores del aberrante mundo de la explotación sexual y sus vínculos que permiten muchas veces la impunidad de quienes se enriquecen con la trata de personas. En el proceso judicial que se realiza en Tucumán, para determinar las penas a los presuntos captadores de Marita Verón, que tiene a su madre Susana Trimarco como principal impulsora, se pudo conocer el relato de una mujer misionera que logró escapar de las redes de trata después de ocho años. Se trata de Andrea Darrosa, una joven cuya familia vive en la frontera con Brasil que le dio esperanzas a Trimarco de que su hija podría estar viva
“A ella la encontramos cuando fuimos a allanar los prostíbulos de Raúl Pierri, otro atorrante que cuando empezamos a ir a La Rioja venía a verme al hotel y me decía que sabía que a Marita la tenía Medina, que él tenía chicas, pero que estaban todas por su propia voluntad. Otro santito que después resultó que tenía a Andrea Darrosa. Yo me la llevé a mi casa para que pueda buscar a su familia porque esa chica hacía ocho años que estaba cautiva, no sabía cómo comunicarse con sus padres que vivían en Misiones, en la frontera con Brasil, el padre hablaba más portugués que castellano. La carita de Andrea estaba en los sachets de leche de Brasil –como parte de una campaña para buscar niños y niñas desaparecidos– porque como estaban tan cerca creían que la habían llevado para allá.
Andrea tenía problemas pulmonares por una costilla rota por los golpes y un balazo en la pierna de una vez que le dijeron que si se quería ir que corriera y cuando corrió, le dispararon. "Ella también la vió a Marita. Fue muy emocionante cuando, a través de Gendarmería, pudo hablar con su padre, porque ella ya creía que había perdido todo y que no había a quien pedir auxilio. Andrea, cuando Gendarmería la llevó a su pueblo, se me colgó del cuello y me dijo que busque a mi hija porque si ella estuvo ocho años ahí adentro, mi hija tenía que estar viva”, relató Trimarco en el juicio.
La fundación que encabeza Trimarco, María de los Ángeles tiene vínculos con el Ministerio de Derechos Humanos e integrantes de la Fundación María de los Ángeles, estuvieron en Misiones a capacitando a miembros de las fuerzas de seguridad.

"Hay mucho por hacer"

La subsecretaria de Igualdad de Oportunidades de Derechos Humanos, Norma Sawicz, expresó que “Misiones es un lugar donde en su momento muchas personas vinieron a captar chicas así que hay mucho que hacer en trabajo de prevención”.
Por otra parte, recordó que el caso de la desaparición durante tres días de la joven obereña, Carol Quintillano movilizó a diferentes áreas de la provincia y la Municipalidad de Oberá. “Queremos llamar a la reflexión a los jóvenes y decirles que si tienen problemas con sus padres, amigos, que lo hablen porque al irse, se prroduce esta situación que involucra a muchas fuerzas en la búsqueda y se preocupa a toda la comunidad”, observó. (Publicado en Abril de 2012)

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