Con una escenografía sencilla,
romántica, armónica, la cantante española Rosana, estuvo por primera vez
en Misiones y brindó dos conciertos intimistas en el auditorio colmado
del Instituto Montoya.
Abrazada a su guitarra poblada de arabescos y frases que conforman su
mundo optimista, abrió con el tema "Sólo veo lo que siento", la cálida noche en la
que una gran cantidad de público la acompañó todo el tiempo con coros y
aplausos cerrados. Rosana Arbelo jugó el juego que sabe y que más le
gusta: cantar "como si estuviera en el living de cualquier casa",
demostrando que desde que editó el almibarado "Lunas rotas" en 1996,
creció notablemente hasta éste reciente CD "¡Buenos días, mundo!".
Posadas
(Patricia López/ Fotos: Ana Rojas). Esta mujer dueña de una voz potente que se vuelve cálida por momentos
cuando desliza entre susurros "Si tú no estás aquí no sé, qué diablos
hago amándote, si tú no estás aquí sabrás, que Dios no va a entender por
qué te vas...", hace valer los años que lleva sobre el escenario.

Sentada en un sofá, en un escenario ambientado como un
living, con luz baja, una mesa ratona, velas, dos lámparas y un biombo
bellamente decorado, mezclaba sus canciones interrumpiendo en los
estribillos para invitar a la gente a que participara.
"Me siento como en casa", dijo caminando por el escenario, micrófono en
mano, y durante las casi dos horas de concierto dio cátedra de cómo
interactuar con sus fans que coreaban sus canciones primero tímidamente y
después desatados. "No sean tímidos, canten conmigo", arengó, al
tiempo que pedía que cuando se alejara del escenario, "en vez de
gritarme otra, otra, prefiero que me griten una más y no jodemos más!,
como dicen los argentinos. Me parece más interesante, sobre todo porque
una se traba y nunca sabe si piden otra canción u otra cantante",
expresó despertando la risa generalizadal público que
esperaba verla desde hace años, cuando además de escribir canciones,
comenzó a interpretarlas hablando del amor, de los sueños, y del
optimismo de cambiar al mundo porque "nada es imposible si una se lo
propone. Más tarde o más temprano podremos abrazar el sueño que se hará
realidad si así lo queremos", señaló demostrando las razones de por qué
está considerada una de las más talentosas voces femeninas de habla
hispana.
Con su personalidad arrolladora, Rosana se brindó al público sin
guardarse nada. Optimista por naturaleza, el show tuvo momentos sublimes cuando su voz tan
particular acarició las estrofas de "El Talismán", "A fuego lento", "Mi
trozo de cielo", "Pa tí no estoy", y "Llegaremos a tiempo", que a esta
altura ya se convirtió en un himno nacional.
"Entrego canciones casi denudas"

Antes
de su concierto, Rosana tuvo tiempo de viajar a Puerto
Iguazú y disfrutar de las majestuosas Cataratas, y otros lugares
turísticos de Misiones. "No me iba a perder pues, semejante belleza...",
confesó después del show en el que dijo que "hace tiempo tenía ganas de
estar en la tierra roja. En realidad estos encuentros que estoy
teniendo con la Argentina y al que llamamos "Como en casa" me ha
permitido conocer este maravilloso país de punta a punta y me siento
feliz. Voy llevando mi guitarra y mi voz por todos los lugares donde
suenan las canciones como fueron hechas, casi desnudas, lo que me brinda
mucha libertad, porque voy con mi guitarra cantando prácticamente todo
lo que pide la gente. Estoy muy atenta al público y dejo que sea él
quien dirija el espectáculo", destacó. Dieron fe de ello los
espectadores
que se mostraron sorprendidos cuando Rosana bajó del escenario,
micrófono en mano cantando mientras caminaba por los pasillos, y
generando inmediatamente la reacción de la gente que se levantó, la
abrazó, unió su voz a la de ella, acercando sus rostros
para inmortalizar ese momento único con cámaras y celulares.
Ya para despedirse, Rosana dio vuelta entre el público, cantando, riendo cómplice,
histriónica, simpática y entregada. Antes de irse agradeció una y otra
vez. Parada en el borde del escenario exclamó: "Jamás crean que ustedes
no me importan!", llevándose una mano al corazón, y haciendo el gesto de
entregar el suyo, recibiendo como devolución un: "¡¡No se va, Rosana no
se va!! con un aplauso de misioneros que de pie manifestaron su
admiración por esta mujer oriunda de Lanzarote, Canarias, que inició su
gira en enero de este año. Después que partió de la tierra colorada, la española continuó
cantando en Resistencia, Corrientes, Formosa, Salta, Tucumán, Rosario,
Córdoba, Mendoza, San Juan y Chile, para terminar el 17 de mayo en el
Teatro Gran Rex de Buenos Aires, al que llegará para dar conocer sus
"¡¡Buenos días, mundo!!".
(Publicado en Abril de 2012)
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