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12 oct 2012

Silvio Rodríguez validó que el tiempo está a favor de los grandes

Después de once años de ausencia, el trovador cubano, Silvio Rodríguez se reencontró con su público cordobés. Las 8000 gargantas que cantaron emocionadas sus canciones antólogicas, además de los de su nuevo disco "Segunda cita", dieron cuenta que tan larga espera fue recompensada con creces. El cantautor abrió su show en el Estadio Superdomo El Orfeo susurrando con esa voz tan particular las primeras estrofas de "En el claro de luna", de su disco Días y Flores: "En el claro de la luna donde quiero ir a jugar, duerme la reina fortuna que tendrá que madrugar...", se escuchó en el escenario donde brillaba una estrella sobre fondo rojo. Y a partir de ahí la noche se pobló de esa conjunción perfecta que conforman la melodía y el compromiso con la poesía y que Silvio Rodriguez conoce tanto, no sólo cuando habla del amor como en "Óleo de una mujer sin sombrero", "Ojalá", sino también cuando reivindica la lucha revolucionaria en “La era está pariendo un corazón", "Playa Girón" o “Te doy una canción”.

Córdoba (Abril López y Patricia López Espínola). Los cordobeses acompañaron con voces y palmas al autor de "Causas y azares", agradeciendo tanta magia, aunque por momentos el silencio fue la mayor muestra de gratitud hacia ese artista enorme que marcó a fuego e ideología a varias generaciones.
Casi todo el tiempo del concierto en silencio y abrazado a su guitarra, el trovador sólo se paró para agradecer a hombres y mujeres, jóvenes y adultos que lo esperaron ansiosos después de tantos años: "Gracias Córdoba, hace mucho que no nos veíamos, es bello estar aquí...", dijo Silvio que más de una vez se confesó como un hombre tímido que se expresa mejor con su guitarra.
Al cabo de dos horas, el músico se retiró varias veces del escenario, para regresar y cantar con más fuerza conmoviendo a su público que no quería dejarlo ir y lo manifestaba con el argentinísimo "olé, olé olé.... Silvio, Silvio!", y él tomaba nota y no se iba...

Músicos magistrales junto al trovador
Acompañado por la flautista Niurka González -la única mujer de la banda que literalmente hizo bailar a los instrumentos de viento, asemejando a un hada que descendió del escenario sólo para encantar-, el baterista Oliver Valdés y otros tres músicos magistrales, que formaron una simbiosis musical perfecta junto al trovador cubano. Párrafo aparte merece la intervención de Amaury Pérez, otro cubano presentado por Silvio, que desplegó talento a más no poder.
Después, el creador de la Nueva Trova Cubana no escatimó los clásicos pedidos a los gritos por la tribuna: "La Maza", "El necio", "Canción del elegido", "El reparador de sueños", "Quien fuera", "Te doy una canción", "Pequeña serenata diurna", y "La rabia", en una versión impecable de ritmo más acelerado y muy instrumentada.
El público rendido ante el trovador, aprovechó todos los intérvalos entre tema y tema para expresarle a voz de cuello su cariño y admiración, desde el "Gracias maestro!", "Viva Cuba!", "Viva el Che!" y las voces femeninas que reafirmaron una y otra vez "Te amo Silviooooo!". Casi al final, el canto se mezcló con las lágrimas en un show con la emoción a flor de piel del que nadie se quería ir, quizás para no perder esa fascinación que se respiró durante esas horas de la Segunda Cita con el cantautor cubano, dueño de los sueños de miles de argentinos identificados con sus canciones que hablan de amor, de compromiso, de solidaridad, de revolución, del futuro, de la esperanza que late a la vuelta de cada esquina...
Después de su concierto en Córdoba, Silvio Rodríguez estuvo en Rosario, ciudad donde nació Ernesto Guevara, el 18 estará en en Buenos Aires y el 20 lo espera Montevideo (Uruguay).

Título honorífico a un artista popular
Antes de su concierto en el estadio superdomo El Orfeo, Silvio Rodríguez estuvo en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina para recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba, donde fue recibido con aplausos.
La rectora de la UNC, Carolina Scotto, presentó al cubano reseñando: "Nació en 1946 en San Antonio de los Baños, Cuba; de profesión cantautor (cerca de 400 canciones escritas), dibujante y símbolo artístico de la Revolución Cubana. Entre sus logros está ser fundador de la Nueva Trova Cubana y la Nueva Música Latinoamérica; sus canciones resuenan en cada fogón y aún hoy son chispas de rebeldía en los corazones jóvenes”.
En su discurso, la rectora mencionó a la Reforma Universitaria de 1918 y al “Che” Guevara y su paso por Córdoba. Pero se centró en la lírica del trovador para argumentar las razones de por qué merecía semejante distinción. (Publicado en Noviembre 2011)

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