El lingüista Bartomeu Melià
aseveró que "hay reconocer que las experiencias de escuelas bilingües,
especialmente en Paraguay, son un fracaso, dejaron de ser lo que
eran, con el agravante de que no son paraguayos, ni argentinos ni
brasileños. Por esa escuela que les provocaba la ilusión de
que serían como los demás, sacrificaron lo mejor que
tenían: lealtad a su tradición, a su modo de ser y la sabiduría de su
pueblo, después se dieron cuenta que no están en condiciones de ser
aceptados. Por eso se debe hacer una educación indígena y no una
educación para el indígena que es negada y menospreciada, cuando en
realidad es la gran fuerza de estos pueblos".
Posadas, Misiones (Por PLE). La educación indígena -dijo- no sólo la de América, sino la de
otras latitudes, se mantuvo firme durante siglos y por eso podemos estar
alegres, aunque no satisfechos, de que se mantengan pueblos y lenguas
indígenas".
El
sacerdote manifestó que es bueno que la alfabetización se haga en la
lengua que uno sabe, porque de lo contrario se hace más difícil esta
chispa de la comprensión de algo que no es tan sencillo. “La prueba está
en la cantidad de analfa betos que hay, y esto a partir de una lengua
es más fácil, rápido y lógico; después de la alfabetización puedo pasar a
cual quier otra lengua, nosotros mismos cuando aprendemos inglés, no
decimos que nos alfabetizamos de nuevo en inglés, porque la letra del
inglés también responde a sonidos que son diferentes de las letras del
castellano que responden a otros sonidos». Subrayó que "la lengua es
poder y los sistemas educativos en vez de incentivar la escritura, a
veces la limitan de tal manera que a los guaraníes solamente
les damos la alfabetización necesaria para que ellos asuman compromisos,
pero no para que exijan deberes, por ejemplo firmar es casi siempre un
acto de renunciar a su
libertad. Cuando yo firmo un documento me comprometo a cumplir algo;
pero el simple alfabetizado no es el dueño de las leyes, el alfabetizado
sólo puede leer las leyes", afirmó.
Para Melià, las escuelas tienen que ofrecer al indígena una técnica,
"así como hay muchos guaraníes que son excelentes mecánicos y artesanos, la escuela debe tener el dominio de una técnica
que les sirva para muchas cosas, e incluso para ser escritores en su
lengua; pero no hay que dejar que esa técnica sustituya a
lo mejor que tiene la cultura étnica".
Sobre cómo observa esa
implementación en las escuelas, Meliá remarcó que desconoce lo que pasa
en Argentina; "pero en Paraguay, debido a la poca preparación al
respecto, el problema es que al indígena lo
hacen depender demasiado de la escuela y de agentes externos que incluso
con buena voluntad, difícilmente lleguen a captar la educación indígena
y no saben cómo hacerla encajar; ignoran en qué punto debe estar la
educación escolar para que no mate el árbol, porque hay injertos que
matan al árbol cuando están mal hechos y ésto suele suceder con la
educación indígena".
"Ser bilingüe es una gran virtud"
Para el sacerdote jesuita, "los maestros indígenas también deben
ser
concientes de que ellos son auxiliares de la educación indígena y no ser
quienes la sustituyan, y en ese sentido es peor que un blanco, porque
el maestro
indígena si es malo tiene una capacidad enorme para destruir. Hay
experiencias en México y Bolivia sobre esto, trabajos con quechuas,
aimará y guaraníes que son muy interesantes. Incluso ahora ellos tienen
un laboratorio lingüístico literario y manejan perfectamente las
computadoras, hacen diccionarios ayudados por personas que son
simplemente auxiliares".
Opinó que cuando las comunidades aborígenes son fuertes, se controlan
mejor, "pero cuando es el Estado quien apoya, es para desconfiar. En
Paraguay llegó a haber 5.000 caciques, el Instituto Nacional del
Indígena (INDI) los registraba como caciques, y esto producía un
desbarajuste total entre ellos".
Melià opinó que el Estado
generalmente piensa "en un bilingüismo de
transición, no piensa como un verdadero bilingüismo de
robustecimiento, porque ser bilingüe es una gran virtud, por eso procuré
aprender varias lenguas. Normalmente el bilingüismo no supone
que uno pierde su lengua; por cada una que se aprende, más apreciamos
las que ya sabemos, y las usamos para no olvidarlas".
Remarcó que "la tradición y transmisión oral de la cultura guaraní
tienen que mantenerse con su gran fuerza, y hay que respetar mucho a las
personas que son capaces de transmitir y promover su lengua. Lo malo es
que entre los indígenas ahora también está prendida la televisión y eso
atenta contra cualquier cultura".
Trayectoria
Bartomeu
Meliá, 73 años, es discípulo y colaborador de León
Cardogan, ex-profesor de etnografía y cultura guaraní en la Universidad
Católica de Asunción; fue pre sidente del Centro de Estudios
Antropológicos, director de las revistas Suplemento Antropológico y
Estudios
Paraguayos hasta 1976, cuando tuvo que salir del país. En Brasil desde
1977 alterna la investigación y el trabajo
de los indígenas, entre los Enawe ne-nawé del Matto Grosso. En
Paraguay maneja sus trabajos de campo entre los guaraníes y sus
investigaciones en etnohistoria y etnolingüística. Participa
activamente en diversos programas de educación intercultural bilingüe
tanto en Paraguay como en Bolivia, Brasil y Argentina. Actualmente es
miembro de la Comisión Nacional de Bilingüismo de Paraguay. (Publicado en Mayo de 2006)
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