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27 sept 2012

Promover una educación indígena y no para los indígenas

El lingüista Bartomeu Melià aseveró que "hay reconocer que las experiencias de escuelas bilingües, especialmente en Paraguay, son un fracaso, dejaron de ser lo que eran, con el agravante de que no son paraguayos, ni argentinos ni brasileños. Por esa escuela que les provocaba la ilusión de que serían como los demás, sacrificaron lo mejor que tenían: lealtad a su tradición, a su modo de ser y la sabiduría de su pueblo, después se dieron cuenta que no están en condiciones de ser aceptados. Por eso se debe hacer una educación indígena y no una educación para el indígena que es negada y menospreciada, cuando en realidad es la gran fuerza de estos pueblos".

Posadas, Misiones (Por PLE). La educación indígena -dijo- no sólo la de América, sino la de otras latitudes, se mantuvo firme durante siglos y por eso podemos estar alegres, aunque no satisfechos, de que se mantengan pueblos y lenguas indígenas".
 El sacerdote manifestó que es bueno que la alfabetización se haga en la lengua que uno sabe, porque de lo contrario se hace más difícil esta chispa de la comprensión de algo que no es tan sencillo. “La prueba está en la cantidad de analfa betos que hay, y esto a partir de una lengua es más fácil, rápido y lógico; después de la alfabetización puedo pasar a cual quier otra lengua, nosotros mismos cuando aprendemos inglés, no decimos que nos alfabetizamos de nuevo en inglés, porque la letra del inglés también responde a sonidos que son diferentes de las letras del castellano que responden a otros sonidos». Subrayó que "la lengua es poder y los sistemas educativos en vez de incentivar la escritura, a veces la limitan de tal manera que a los guaraníes solamente les damos la alfabetización necesaria para que ellos asuman compromisos, pero no para que exijan deberes, por ejemplo firmar es casi siempre un acto de renunciar a su libertad. Cuando yo firmo un documento me comprometo a cumplir algo; pero el simple alfabetizado no es el dueño de las leyes, el alfabetizado sólo puede leer las leyes", afirmó.
Para Melià, las escuelas tienen que ofrecer al indígena una técnica, "así como hay muchos guaraníes que son excelentes mecánicos y artesanos, la escuela debe tener el dominio de una técnica
que les sirva para muchas cosas, e incluso para ser escritores en su lengua; pero no hay que dejar que esa técnica sustituya a lo mejor que tiene la cultura étnica".
Sobre cómo observa esa implementación en las escuelas, Meliá remarcó que desconoce lo que pasa en Argentina; "pero en Paraguay, debido a la poca preparación al respecto, el problema es que al indígena lo hacen depender demasiado de la escuela y de agentes externos que incluso con buena voluntad, difícilmente lleguen a captar la educación indígena y no saben cómo hacerla encajar; ignoran en qué punto debe estar la educación escolar para que no mate el árbol, porque hay injertos que matan al árbol cuando están mal hechos y ésto suele suceder con la educación indígena".

"Ser bilingüe es una gran virtud"

Para el sacerdote jesuita, "los maestros indígenas también deben ser concientes de que ellos son auxiliares de la educación indígena y no ser quienes la sustituyan, y en ese sentido es peor que un blanco, porque el maestro indígena si es malo tiene una capacidad enorme para destruir. Hay experiencias en México y Bolivia sobre esto, trabajos con quechuas, aimará y guaraníes que son muy interesantes. Incluso ahora ellos tienen un laboratorio lingüístico literario y manejan perfectamente las computadoras, hacen diccionarios ayudados por personas que son simplemente auxiliares".
Opinó que cuando las comunidades aborígenes son fuertes, se controlan mejor, "pero cuando es el Estado quien apoya, es para desconfiar. En Paraguay llegó a haber 5.000 caciques, el Instituto Nacional del Indígena (INDI) los registraba como caciques, y esto producía un desbarajuste total entre ellos".
Melià opinó que el Estado generalmente piensa "en un bilingüismo de transición, no piensa como un verdadero bilingüismo de robustecimiento, porque ser bilingüe es una gran virtud, por eso procuré aprender varias lenguas. Normalmente el bilingüismo no supone que uno pierde su lengua; por cada una que se aprende, más apreciamos las que ya sabemos, y las usamos para no olvidarlas".
Remarcó que "la tradición y transmisión oral de la cultura guaraní tienen que mantenerse con su gran fuerza, y hay que respetar mucho a las personas que son capaces de transmitir y promover su lengua. Lo malo es que entre los indígenas ahora también está prendida la televisión y eso atenta contra cualquier cultura".

Trayectoria
Bartomeu Meliá, 73 años, es discípulo y colaborador de León Cardogan, ex-profesor de etnografía y cultura guaraní en la Universidad Católica de Asunción; fue pre sidente del Centro de Estudios Antropológicos, director de las revistas Suplemento Antropológico y Estudios Paraguayos hasta 1976, cuando tuvo que salir del país. En Brasil desde 1977 alterna la investigación y el trabajo
de los indígenas, entre los Enawe ne-nawé del Matto Grosso. En Paraguay maneja sus trabajos de campo entre los guaraníes y sus investigaciones en etnohistoria y etnolingüística. Participa
activamente en diversos programas de educación intercultural bilingüe tanto en Paraguay como en Bolivia, Brasil y Argentina. Actualmente es miembro de la Comisión Nacional de Bilingüismo de Paraguay. (Publicado en Mayo de 2006)

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