El Dúo Tonolec, integrado por la cantante formoseña, Rosario "Charo" Bogarín, y el músico chaqueño, Diego Pérez, incursiona desde hace más de diez años en la fusión de la música electrónica con la música nativa. Se sienten comprometidos con la música qom (toba) y ahora están en el mismo camino con la cultura mbya guaraní. "Estamos adentrándonos en ese mundo con la intención de ser difusores de esa cultura que está viva", expresaron los músicos.
Posadas (Texto y Fotos: Patricia López Espínola). "Estamos en Misiones como músicos que fusionamos la electrónica con la música nativa, y comprometidos con la música qom (toba) desde hace poco más de diez años, ahora estamos adentrándonos en este mundo mbya guaraní, a través del canto de sus niños, y después de recorrer las aldeas nos sentimos empapados en ese maravilloso mundo en la que está inmersa esta cultura que tenemos la suerte de tener acá en Misiones", expresó la cantante formoseña, Rosario "Charo" Bogarín, voz femenina del Duo Tonolec (que en lengua toba significa "caburé": ave del monte chaqueño que hipnotiza con su canto y atrae a sus presas), junto al chaqueño Diego Pérez.
Ambos brindaron el viernes 7, una rueda de prensa en el salón mayor del Palacio del Mate de Posadas, junto al músico local, Karoso Zuetta, la cantante Nerina Bader y el secretario de Cultura y Turismo Municipal, José María Arrúa, para explicar el trabajo que realizaron durante 7 días en las comunidades aborígenes misioneras Fracrán (San Vicente), Fortín Mbororé (Puerto Iguazú), Pindó Poty (El Soberbio) y Kaaguy Porá. Los músicos recorrieron esas comunidades, acompañados por Zuetta y Bader -con quiénes comparten la misma mirada sobre la riqueza musical de los pueblos originarios- para investigar sus estilos y relacionarse con los mbya guaraní. También viajaron con un equipo de producción de cinco técnicos de la Universidad de Tres de Febrero (Provincia de Buenos Aires), quienes registraron un audiovisual que podría convertirse en un documental.
El artista y su compromiso con la cultura
"La música es compromiso y el artista desde el momento en que elije trabajar con una temática que tenga que ver con los social, como en este caso lo hace Tonolec, que trabaja con la temática social de los pueblos originarios, desde nuestro lugar y siendo medianamente públicos, nuestro compromiso es con esa cultura, algo que está demostrado con el tiempo, porque no es que abordamos una cultura y luego la abandonamos, hace más de 10 años que estamos con la cultura qom (toba), y éste es el principio del camino con la cultura mbya guaraní", expresó Charo Bogarín ante la pregunta de esta periodista sobre qué le aporta Tonolec a las comunidades de la que se nutren.
"Nuestro compromiso es poder transmitir a través de nuestras canciones y mostrar en nuestros sonidos, un poquito de estas culturas que están vivas, y nuestro aporte desde lo artístico es ser difusores de esa cultura. Para paliar otras necesidades que tienen los pueblos originarios están los gobiernos provinciales, las fundaciones y las ONG. Entonces cuándo nos preguntan qué podemos aportar en relación a las necesidades básicas que tiene esta gente, por ejemplo sus tierras, respondemos que en Tonolec no está darles las tierras a esas familias, ni comida, ni ropa, porque existe un sistema que se debe ocupar de eso. Para eso está la gente que representa al pueblo mbya guaraní y al pueblo toba dentro de la misma comunidad. Nosotros tenemos que entender qué función cumple cada uno. Si la gente es consciente que la función del artista es la de ser difusores y no paliar sus necesidades, tendremos claro qué puede dar cada uno y desde qué lugar lo está haciendo", enfatizó la joven, tataranieta del cacique guaraní Guayraré.
Tonolec busca nutrirse de la experiencia mbya, para transitarla en su repertorio con la poderosa voz de Charo Bogarín y los multi instrumentos de Diego Pérez. La experiencia de fusionar ritmos es el resultado de una investigación que llevan adelante estos jóvenes en otras aldeas- y a las que ahora suman a Misiones- enriquecida con las rondas de canto y baile junto a mujeres y hombres tobas del coro Chelaalapi, en Resistencia (Chaco).
El instrumentista señaló que "tanto Charo como yo empezamos este proyecto buscando nuestras raíces, nuestra escencia como argentinos, chaqueños, formoseños, como latinoamericanos. Creemos que a veces por la educación europeizante y otras cosas, nos enseñaron que teníamos que pareceros a los de afuera, y en realidad entendimos que nuestra única escencia es esta integración de diferentes culturas, lenguas, de diferentes músicas, y así iniciamos este proyecto que hoy se llama Tonolec, pensando que si podíamos integrar esa cultura, también nos íbamos a encontrar con lo que somos, y que ese sonido nos iba a representar de la mejor manera, entonces esto que estamos haciendo ahora no es otra cosa que ampliar ese abanico e iniciar lentamente este proceso de aprendizaje. Y esto de conocer la música mbya es seguir profundizando ese camino para integrar éstas culturas que conviven en nuestro suelo".
Charo agregó que éste es el inicio, "el primer paso hacia el conocimiento de la riqueza cultural que existe en Misiones y que nos pertenece a todos. Vamos a tratar a lo largo del año, de mantener una continuidad con este trabajo y con estas visitas".
"Sentimos que debemos profundizar en la cultura guaraní"
En ese sentido, Charo Bogarín está aprendiendo desde hace unos años el idioma guaraní como una manera de expresión cotidiana, "para tener una mejor dicción y poder componer también en esta lengua. Así nació, al contactarnos con Karoso (Zuetta) y con Nerina (Bader) esta propuesta de visitar las aldeas misioneras, en el marco de un aniversario que está cumpliendo el libro digital de Karozo Zuetta que es Arte Sonoro, del cual nosotros nos nutrimos el año pasado cuando estuvimos en Misiones", dijo.
Agregó que mucho de lo que compartieron en las comunidades es el canto interpretado por los niños, el canto hecho carne y sangre entre los chicos "constituyendo su formación, educación y el canto que viene transmitiéndose de generación en generación es salud. Mientras el adulto toca la guitarra, los niños danzan en una rueda, abriendo sus pulmones, respirando, haciendo ejercicios y ésa es una educación integral a través del canto. Tuvimos la suerte de empaparnos un poco de ese conocimiento a través de este recorrido en un proceso de intercambio", remarcó la joven.
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